martes, 13 de diciembre de 2011

EL AMAGÜESTU


Es una fiesta pagana cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos. Aunque las referencias mas cercanas son las del pueblo celta se sabe, que estas fiestas agrarias formaban parte de las celebraciones del hombre prehistórico.
La castaña y el día de los difuntos aparecen asociados desde tiempo inmemorial a la fiesta del amagüestu,  que generalmente se celebra en la primera quincena de noviembre, ante la llegada,  del invierno que supone la muerte de la luz, el fin de un ciclo que se repite cada año.
Según creencias antiguas la castaña era el símbolo del alma de los difuntos. Cada castaña que se comía liberaba un alma del purgatorio. En otros muchos lugares se festeja el día  1 de noviembre , coincidiendo  con la celebración celta conocida como Samhain,  una ceremonia de origen celta, de culto al fuego y a su efecto purificador sobre los malos espíritus y algunos malvados habitantes del bosque.
Los celtas no tenían templos en el sentido latino de la palabra templum; celebraban sus fiestas y sus ceremonias rituales en un claro del bosque. Resulta, pues, por una razón u otra, que «el bosque y el templo eran, para los celtas, nociones equivalentes o intercambiables» (C. G. Guyonvarc’h, La civilisation celtique). «Los gallegos no tienen templos sino naturaleza» (V. Risco).
El día 1 de noviembre, los celtas apaciguaban los poderes del otro mundo y propiciaban la abundancia de las cosechas con la celebración de la fiesta samhain, la cual era, para unos, el comienzo del invierno y, para otros, el final de verano; en todo caso era el principio de una nueva gestación y de un periodo de intensa comunicación entre los habitantes de éste y del otro mundo. Se reunía una gran multitud porque era una fiesta obligatoria. Quien no asistía corría el peligro de perder la razón. La fiesta era para los celtas, una concentración de lo sagrado, en un tiempo y  lugar  determinados.
Por las mismas fechas, los romanos celebraban las saturnales.      
La costumbre de comer castañas asadas con motivo de la festividad de la fiesta de Animas, ha sido común en toda la zona norte de la Península .
 Los vascos le llaman "kastañarre-eguna", los catalanes , "casnyadas", en Galicia "magostos", en Portugal "magustos" (en donde la palabra "magusto" sirve tanto para denominar a las castañas que se ingieren en estas fechas, como a la propia hoguera en que se hacen), en Asturias le llaman "amaguestu" al rito de comer en cuadrilla, castañas asadas con sidra dulce por estas fechas. Hay que tener en cuenta que en las zonas en donde no había castañas se comían los frutos de la zona. En Andalucía a estos frutos les llamaban "Tosantos". En todos estos sitios los jóvenes pasaban por los domicilios a recoger los donativos de castañas:  Amagüestu.
El “amaguestu”  era el tiempo que se reservaba para honrar las cosechas, después del equinoccio (una costumbre que en éstos últimos años se intenta recuperar).
En el también aparecía un componente purificador: el fuego.
Dentro de las creencias populares  las castañas se utilizaban como hechizos de amor, o se dejan algunas castañas asadas "para los ausentes" (Galicia y Asturias). 

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